sábado, 9 de abril de 2016

De vuelta a la Patria, crónicas de mi primer largo viaje.

Vengo a ir, vengo viniendo
suena el tambor de mi tierra, vengo sin tiempo
suena el latir de mi tambor
en el bosque que llevo
Vengo a ser, vengo yo sido
una paloma y un zorzal me han traido
la palabra y la intuición
me han hecho el camino
Vengo y voy, vengo pasando
el viento es mi unico hogar
vengo probando
planto mi voz en la ciudad con la huella afirmando
vengo a soltar, vengo vacio
para llenar de agua y de sal, mi mar perdido
para colmar de eternidad, mi lengua en el rio
Vengo a buscar
Vengo sonante
Vengo a llenar, vengo inminente
Traigo el alma sin pestañar, solo pa' verte
Traigo el alma sin pestañar, si mis ojos me mienten.
Vengo a venir, vengo viniendo
traigo mi pan mi humanidad, vengo sediento
traigo el temblor que azotara, al cobarde desierto
Vengo del sur, vengo e' Valdivia
Vengo a ser, vengo con nada
vengo a saltar de un corazon a la palabra
vengo a nacer en la matriz de lo que canta
vengo a saltar de un corazon a la palabra
vengo a nacer en la matriz de lo que canta
vengo a saltar de un corazon a la palabra
vengo a nacer en la matriz, de mi, de mi guitarra
Camilo Eque

Han sido cortos 18 o 19 meses que han pasado desde que dejé mi país natal, Chile, para embarcarme en una forma de vivir distinta a la convencional, que a muchos asusta, a otros muchos causa envidia y a muchos más, al igual que yo, ha llenado de dicha y satisfacción.



Cuando dejé Valdivia, una de mis 2 ciudades chilenas favoritas para vivir, estaba empecinado en llegar a un centro de meditación y practicar Vipassana profundamente, con seriedad, con el objetivo de entrenar la mente hasta volverla inquebrantable ante las vicisitudes de la vida, pero como mínimo domarla lo suficiente para ponerla a mi servicio y poderme entrenar donde y cuando sea, sin la necesidad imperativa de ir a cursos de meditación o aislarme del mundo y las vicisitudes de la vida para poder progresar en conseguir una vida buena para mí y para los demás. La voluntad de cambiar como persona fue lo suficientemente fuerte para dejarlo todo en mi país: pareja, casa, emprendimiento y otros proyectos personales sin fines de lucro. La recompensa fue obtenida, la vida que llevo ahora es más pacífica que nunca, y todo gracias a la firme determinación, al esfuerzo sostenido y a la buena voluntad de tantas personas que, directa o indirectamente me apoyaron moral, espiritual y materialmente para que no tenga tantos obstáculos. Ahora ese ciclo se cierra aquí, en Chile, en la ciudad de Puerto Varas, en la casa de mi padre. Ha llegado la hora de hacer una pausa, ponerse al día con asuntos dejados pendientes tras el viaje, con la familia y los amigos, y luego replanificar y reequiparse, para volver a las rutas; sí, para mí este no es el fin de mis aventuras, sino el fin del "calentamiento", del entrenamiento que necesitaba para hacerlo ahora sin fronteras, con paso seguro, con un cuerpo y una mente más maduros y preparados para los altibajos que presenta el estilo de vida nómada.

Al hacer un resumen de esta primera gran travesía, tengo realmente sólo cosas positivas que concluir:

- Recorrí más de 25.000km por Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Bolivia, Perú y una "puntita" de Colombia.

- Conocí más de 100 pueblos y ciudades latinoamericanas.

- Me encontré con mucho más de 100 personas de buena voluntad (yo estimo que más de 1.000 personas), dispuestos a hacer bien para otros de manera desinteresada, sólo porque "es algo bueno".

- Hice cientos de amigos y conocidos, también, tal vez más de 1.000 personas, de países como Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Bolivia, Perú, Colombia, Francia, Inglaterra, España, Italia, Suiza, Alemania, Bélgica, Israel, Suecia, Irlanda, Canadá, EEUU, México, Eslovakia, Lituania, Liechtenstein, India, Venezuela, Taiwan y Líbano.

- Mejoré mi inglés y aprendí Portugués, sigo progresando lentamente con el Chino Mandarín y con el Italiano.

- Aprendí a vivir tranquilamente con mucho menos que el salario mínimo de mi país y el de muchos países del mundo, lo que me mostró que vivir como nómade puede ser más barato que vivir como sedentario, y sin pasar grandes sufrimientos; también que queremos, tenemos, usamos y despilfarramos mucho más de lo que necesitamos en realidad.

- Aprendí que los riesgos de la vida no aumentan al viajar, ni siquiera viajando como un mochilero, haciendo auto-stop; los riesgos están por todos lados en este mundo, que es como un gran barco, donde todos vamos navegando. La única diferencia es que no nos mantenemos en un punto fijo por tanto tiempo como alguien que vive sedentariamente. Los riesgos están dispersos por el mundo tanto como lo está el aire que respiramos, y nadie está a salvo en ningún lugar más que dentro de una mente libre de impurezas. Tal como enseñaba Siddhartha Gotama, el Buda, cada uno es su propio refugio, ¿qué otro refugio mejor podría haber? No es algo externo, sino algo interno, pues la paz se encuentra realmente en el interior de la mente, de la misma manera que la agitación se inicia en el interior, no en el exterior.

- Comprobé que los medios de información como la TV abierta y los noticieros constantemente desorientan y manipulan la opinión del público, del ciudadano promedio, en todos los países, en coincidencia con las posturas y conductas de políticos y empresarios. Por esto, actualmente sólo leo los titulares en Google News para mantenerme al tanto de las tendencias mundiales. Realmente, no le veo sentido a tener TV en casa, si sólo es para exponerse a ser manipulado. Es muchísimo mejor tener un buen computador con internet y obtener la información que uno necesite de la fuente que uno más confíe, pues al menos aquí uno tiene miles de opciones para escoger, provechosas y perjudiciales.

- Comí de todo (pero he disminuido más de un 90% mi consumo de carne y lácteos), todos los días comí (muchas veces más de lo que necesitaba) y no sufrí por hambre, probé muchos sabores distintos a los que conocía en mi país natal, pero el cambio de dieta combinado con el estilo de vida nómade me hicieron bajar de peso. Salí de Chile pesando más de 100kg y he regresado pesando alrededor de 80kg.; me siento muy sano, muy fuerte, y me siento mucho más joven que cuando salí. Aunque actualmente tengo 35 años, me siento ahora menor de 30, jejeje.

- Conseguí modificar significativamente, gracias a la meditación diaria y la observación constante de 5 preceptos morales básicos, una serie de conductas poco saludables para mí y quienes me rodean, como por ejemplo preocuparse y dudar, tener deseo y aversión, dejarse llevar por la somnolencia y la apatía. Aun no han sido erradicadas, pero en comparación con mi vida previa a viajar, ahora son no más que lapsus de algunos pocos segundos o minutos en un día.

- Planté árboles, hierbas medicinales, alimenté animales, hice favores a muchas personas, di consejos, palabras de aliento, ayudé a otros a tener éxito con sus tareas, leí libros, cultivé una hermosa relación de pareja, cuidé niños, cociné para otros, ayudé a personas enfermas a recuperar su salud, también a reducir desechos y a aprovecharlos para cosas útiles. Construí cosas para beneficio de muchos otros, y no pedí nada a cambio. Es mi contribución por la oportunidad de hacer este gran viaje, con la esperanza de que muchos más puedan hacerlo alguna vez. También ha sido la oportunidad que buscaba para redimirme por todos los actos dañinos que hice en el pasado. Ahora me siento en paz con ello.

- Mi mente se ha vuelto lo suficientemente inquebrantable como para vivir así indefinidamente. Sin embargo, pienso que lo correcto es equiparme un poco más para poder seguir viajando, para no tener que vivir en un extremo sino en un camino medio.

- Al viajar solo, aprendí a lidiar conmigo mismo, con mis propios defectos, a llevar una vida más humilde y agradecida, también más atenta a ayudar desinteresadamente, comprendiendo que esta es la única manera de contribuir a un mundo mejor, de cambiar el mundo para beneficio de todos.

Ahora, disfrutando de la comodidad y el calor de hogar escribo desde la casa de mi padre. Aquí en Puerto Varas el otoño se apoderó de los días y las noches, trayendo viento helado, a veces fuerte y otras suave, una que otra tormenta, nubladas mañanas y soleadas tardes, bosques de colores tornasolados, con un bello fondo azul y marrón de montañas cordilleranas levemente teñidas de nieve, el lago Llanquihue cubriendo con su manto azul la bahía de la ciudad, mientras el sosegado Puerto Varas transcurre en sus rutinarios y sobrios días. Aun estoy readaptándome al clima local, a mi país. Hace una semana que estoy con congestión nasal y disfonía, pero ya mejorando. Es raro, cuando acababa de reentrar en Chile tenía una sutil sensación de ser extranjero en mi país; ya se me está pasando, poco a poco. No conozco a mucha gente en la ciudad, pero poco a poco me iré haciendo de amigos; a estas alturas si algo he aprendido es a hacer buenos amigos.

El viaje en busca de mi mismo se convirtió en una gran aventura, en una misión personal: Por qué no ir de país en país, seguir aprendiendo, seguir entrenando, seguir madurando, y cada mérito obtenido ir diseminándolo por donde vaya pasando? Así decidí conocer todos los países del mundo, sin excepción, y aprovechar de visitar cada centro de meditación Vipassana que me vaya encontrando, donde aprovecharé para profundizar un poco más en la práctica de la meditación, al mismo tiempo que tendré la oportunidad de dejar lo que cada uno de los centros ya visitados me han legado para compartir... Pero para alcanzar mi objetivo necesito estar mejor equipado. He hecho una nueva lista de elementos para cuando retome mi viaje por el mundo:

- Un teléfono (el que tenía lo extravié en Brasil hace varios meses)
- Una tablet (ya la tengo, jeje) 
- Un disco duro externo
- Una cámara fotográfica
- Una carpa (para todo tipo de clima)
- Un saco de dormir nuevo (el actual ya tiene como 10 años, se está desarmando y no sirve para todo tipo de clima, jeje)
- Ropa (esta vez la ropa será planificada no para ir a un centro de meditación por 10 días, sino para viajar por todo el mundo... debe ser poca y ligera, servir para múltiples usos, para el frío y el calor, lluvia y sol, fácil de lavar y secar)
- Artículos de higiene personal 
- Un pasaporte (cuando se me acaben los países MERCOSUR necesitaré uno para seguir cruzando fronteras)
- Un instrumento musical para el viaje (como por ejemplo una guitarra o una flauta. Me puede sacar de apuros económicos en caso de emergencia)
- Kit de costura
- Lápiz y un marcador (para anotar cosas y para escribir carteles)
- Un filtro de agua portátil (es bueno llevar uno, porque hay muchos países que no tienen agua adecuadamente tratada a libre disposición)

Me encantaría poder realizar mis próximos viajes en velero, para lo cual me he inscrito en el website www.findacrew.com, donde uno puede "hacer dedo" para viajar por mar colaborando como miembro de la tripulación de la embarcación que te lleve. De otra manera, me gustaría seguir viajando a dedo, o tal vez en una buena motocicleta, en caso de tener los recursos para obtener una, y llevar un registro visual de cada km avanzado. Partiré a Uruguay o a Ecuador. Veremos qué dice el destino cuando llegue el momento de decidir.

Para conseguir estos recursos me vine a Chile. Aquí es donde tengo más facilidades para reequiparme en el menor tiempo posible. Estoy activamente buscando alguna fuente de ingresos, que sea honesta. Con las experiencias adquiridas en el último tiempo, pienso que, si me esfuerzo, pronto encontraré con qué ganarme la vida; ya he ganado un poco de dinero trabajando en "pololitos", trabajos esporádicos como por ejemplo cargar o descargar camiones. Eso me da un poco de dinero y al mismo tiempo me permite hacer nuevos contactos, además de mantenerme físicamente bien entrenado. He enviado mi curriculum a centros de salud, hoteles, empresas de turismo, casas comerciales y otros rubros, no me cierro a ninguna posibilidad. También he publicado avisos por la web, ofreciéndome como profesor de español, masajista, cuidador de casas, guía e intérprete, o para lo que sea. Aprovecho también de pasar el aviso pro aquí, en caso de que alguien me pueda dar una buena oportunidad de empleo.

Sigo practicando meditación a diario, pero a veces sólo he practicado una vez en el día. Aquí me ha costado un poco disciplinarme bien, quizás porque la casa es muy fría, o porque ya llevo varios meses sin asistir a un curso de 10 días, o tal vez se está manifestando la pereza y la apatía, quien sabe. Lo que sí se es que si no me pongo firme puedo perder todos los progresos obtenidos, así que estoy luchando para mantener la práctica, al tiempo que me readapto a esta región.

Sigo solo, pero algo ha cambiado: Luciana y yo nos hemos acercado nuevamente, aquellos momentos vividos juntos, aquellos lazos que atamos entre nosotros cuando decidimos compartir nuestras vidas no se rompieron lo suficiente como para renunciar el uno al otro. Hemos reconocido que juntos hemos vivido felices y que vale la pena encontrar el camino medio por el cual podamos transitar juntos de la mano nuevamente. Me dice que vendrá a finales de mayo a Chile, acompañando a su hermana y a su cuñado, quienes tenían ganas de conocer mi país (Muito obrigado Claudia e Fernando!!!). Debo reconocerlo, siento un gran alivio por no haberme alejado definitivamente de ella y haber encontrado a alguien más, siento un gran alivio porque ella no haya cerrado sus puertas a nuestra relación, y me siento muy feliz por saber que volveré a verla y podremos seguir construyendo juntos un proyecto de vida. Francamente, no hallo a nadie mejor para emprender este camino. Espero que cuando ella llegue le guste este país, esta región, esta cultura y este Hernán que ha cambiado lo suficiente desde que nos separamos hace casi 6 meses. Establecerme y sostenerme económicamente ahora es más importante, para poder recibirla bien y convencerla de quedarse.

Mientras estoy de vuelta en Chile tengo cosas importantes que resolver: debo conseguir un sustento que me permita viajar y mantenerme económicamente al mismo tiempo (si alguien me puede ayudar con esto se lo agradezco de antemano); también debo hacer algunos trámites para que mi hermano se haga cargo de una casa que dejé en Valdivia al partir en 2014, la cual había regalado, pero nunca fue recibida como tal. Ahora será de mi hermano; sé que le dará un buen uso... debo también tramitar mi divorcio de una amiga extranjera, con la cual me casé hace unos 5 años para que pueda tener una visa de residencia; ahora me conviene estar legalmente soltero, pues si Luciana decide quedarse en Chile podríamos casarnos para que pueda tener fácil y rápidamente la visa de residencia y pueda quedarse el tiempo que quiera o trabajar, si lo desea. También me gustaría aprovechar mi estadía en casa de mi padre... pretendo reemplazar el vivero que mis viejos abandonaron cuando se separaron hace un par de años atrás, construir uno nuevo, más bonito y más grande, donde producir alimentos para la casa, algunas plantas medicinales y quizás árboles frutales. También pienso en construirme un departamento en la propiedad, donde pueda tener más intimidad con mi compañera, donde podamos quedarnos cuando estemos en el país, sin tener que incomodar a nadie, y donde ir dejando las cosas que uno trae de recuerdo cuando vuelve de viaje.

Como pueden ver, las cosas siguen moviéndose, a pesar de estar fijo en un lugar. Eso es lo importante, ya sea fijo en un sitio o yendo de un lugar a otro, uno construye cosas buenas para si mismo y para los demás. 

Hace pocos días atrás me encontré con un viejo amigo, uno de mis antiguos estudiantes chilenos de Taiji. Ha abandonado su empleo y se ha inscrito en el próximo curso de Vipassana de 10 días que se realizará en mayo, en la zona central de Chile, luego se irá de viaje con unos amigos a Colombia, y está estudiando regresar mochileando. Me alegra ver a mis amigos inspirados, dándose la oportunidad de conocer y aprender la Vipassana, y de encontrarse a si mismos por medio del viaje. Al igual que él, espero que todos, quienes leen esto y quienes no, quienes comparten mis ideas y quienes no lo hacen sean igualmente felices, vivan en paz verdadera, consigo mismos y con todos los demás, que sean libres.

Pienso que este blog se podría cerrar aquí, para que nazca uno nuevo cuando empiece mi próximo viaje. No sé si es mejor escribir uno nuevo cuando vuelva a partir o continuar la historia aquí mismo. ¿Qué piensan? Dejo la puerta abierta a sus opiniones y sugerencias.

Muchas gracias por darse el tiempo de leer, por compartir mis historias y especialmente a quienes me ayudaron a emprender esta gran aventura. Este sitio en menos de un año ya tiene más de 1200 visitas: puede ser que de esas 1200 visitas más de alguna persona se haya inspirado y motivado a aprender y practicar meditación, o incluso a viajar y a construir un nuevo destino.

Les dejo una foto mía posando frente al Lago de Todos los Santos, con la Cordillera de los Andes de fondo.

Saludos!