domingo, 17 de enero de 2016

Mi vida como granjero, cultivando la tierra y la mente

Yo tengo una guitarra vieja 
preñada con esta canción 
amigos que nunca aconsejan 
y un beso a mi disposición 

Lo que tengo es tan poco 
que vale un millón 

Yo tengo el aire que respiro 
y el mar to'ito para mi 
amores viejos y suspiros 
y si alguien dice no, yo si 

Yo poco que tengo es tan poco 
que es también pa' ti 

Las huellas de tus pies descalzos 
el humo de la cafetera 
3 cuadros surrealistas falsos 
tu risa que trae primavera 
aun que el tiempo este fatal 

Lo poco que tengo es tan poco 
pero es esencial 

Tengo un aguacero para mi verano 
y una ola para surfear 
una sombra que me sigue a donde voy 
y 2 pies pa' caminar 

Lo poco que tengo es tan poco 
que hay pa' regalar 

Tengo la noticia de que no es noticia 
de que no me importa nada 
aprendí a graduarme en todo de aprendiz 
y no imploro agua pasada 

Lo poco que tengo es tan poco 
que me hace feliz 

Que lejos esta la fortuna 
de lo que venden en la tele 
si es gratis ir a ver la luna 
que no se queje al que le duele 

Lo poco que tengo es tan poco 
que no hay quien me ordene 

Tengo un reloj entre las nubes 
un sueño que se va de fiesta 
tus pechos como 2 querubes 
la tarde para hacer la siesta 
aun que el mundo esta al revés 

Lo poco que tengo es tan poco 
que garante es 

Tengo un aguacero para mi verano 
y una ola para surfear 
una sombra que me sigue a donde voy 
y 2 pies pa' caminar 

Lo poco que tengo es tan poco 
que hay pa' regalar 

Tengo la noticia de que no es noticia 
de que no me importa nada 
aprendí a graduarme en todo de aprendiz 
y no imploro agua pasada 

Lo poco que tengo es tan poco 
que me hace feliz

Ricardo Arjona


Saludos a tod@s! Sigo en Areguá, Paraguay, en la granja "La Belen", donde trabajo a cambio de hospedaje y comida. Poco a poco me he ido acostumbrando a vivir en la carpa que mis amigos Juan y Mariana me facilitaron para este tiempo. Los últimos días acá han sido apacibles pero muy calurosos, con algunas tormentas eléctricas colosales. Actualmente en la granja vivimos varias personas; además de mí, están: Andrés y Julia (los dueños) de Paraguay, Pablino, Natalia y Sara (Paraguay y Suecia respectivamente), y Alan, de Argentina.

Hace un par de semanas fui picado por uno de los miles de mosquitos que hay aquí, y resulté infectado con dengue. Afortunadamente, unos gentiles amigos de Asunción, Anna y Marcos, me brindaron mucha ayuda, facilitándome alojamiento y cubriendo mis necesidades médicas durante mi periodo de convalescencia. Además, tuve la buena fortuna de no haber tenido síntomas tan intensos; además de la fiebre, la deshidratación y el fuerte dolor detrás de los ojos, no tuve más problemas, es más, consumiendo regularmente paracetamol y abundante agua pude pasar los 7 días críticos sin siquiera tales síntomas. Acabado el periodo sintomático, regresé a la granja, y ahora me cuido un poco más... con el poco dinero que consigo en las clases de taiji que doy en Asunción me he podido comprar repelente de mosquitos, y ahora me pican mucho menos, ufffff por fin... A propósito, sí! comencé a enseñar taiji 2 veces por semana en un templo budista en Asunción (Templo Chen Yi, de tradición Mahayana, secta De la Tierra Pura), a cambio de aportes voluntarios. De lo que recibo tomo un poco para mí y el resto se lo dejo como donación al templo, que me ha recibido con mucha gentileza. No tengo muchos estudiantes aun, pero me alcanza para pagar artículos de aseo personal, comida a veces y además cubrir el pasaje en los lentísimos y poco frecuentes transportes públicos de la ciudad (aun así me toca caminar 5 km de regreso a la granja, de noche, pero poco a poco me estoy acostumbrando a ello).

No ha sido fácil adaptarme a la vida en Areguá, pues es más difícil que lo normal en cuanto a comodidades: debo dormir en carpa, la ducha la debo tomar junto a la piscina (suelo hacerlo de noche, cuando es menos visible todo, jeje), el baño está en condiciones deficientes, la cocina no está en buenas condiciones, pero lo peor es estar a 500m de la carretera y a 5 km de la ciudad, lo que dificulta mucho mis traslados a Asunción, debido a la dificultad para conseguir locomoción pública. También he debido trabajar mucho la tolerancia en relación a la forma de vida de cada persona que pasa por la granja (desorden, falta de higiene y limpieza, consumo de intoxicantes, y cosas así), lo que se amortigua bastante por causa del ambiente de buena voluntad que hay, lo cual ayuda mucho a la sana convivencia. Toda la experiencia me la estoy tomando como una forma más de entrenamiento, para desarrollar cualidades como la tolerancia, la compasión, la generosidad, firme determinación, moralidad, concentración, renunciación y ecuanimidad. Sin embargo no me cierro a la posibilidad de nuevos horizontes, algún lugar que me facilite las cosas en Asunción y no me haga caer en la innecesaria automortificación. Mientras tanto me haré más fuerte en virtudes :-)

Entre mis nuevos estudiantes de Taiji, se encuentra Raquel, una lindísima persona, muy gentil y atenta, con quien solemos conversar seguido por mail durante la semana. Ella me cuenta un poco de su vida y cómo se va enfrentando a los altibajos que se le van presentando, al mismo tiempo que yo también lo hago con ella. Ella se ha vuelto muy compasiva conmigo y me trata de ayudar para que pueda mejorar mis condiciones de estadía en esta zona de Paraguay, al igual que William, otro estudiante que está participando regularmente desde que comenzamos con las clases. Nuevamente, y como ya es costumbre, corroboro que uno va recibiendo en función de la buena voluntad y la entrega desinteresada que da a los demás. Ese tipo de satisfacción no tiene precio, y la gratitud es infinita.

Sigo trabajando por mi liberación de las cadenas de la insatisfacción; medito a diario en la privacidad de mi carpa, al despertar y al acostarme, una hora; también sigo con toda mi disposición de colaborar con Vipassana Paraguay para que la valiosa joya de la Vipassana se pueda entregar sin obstáculos y para beneficio de muchos, especialmente los paraguayos, administrando el grupo de facebook para estudiantes antiguos (Vipassana Paraguay, sólo son aceptados estudiantes antiguos de Vipassana), además se están dando las cosas poco a poco: en el Templo Chen Yi se está realizando una meditación grupal una vez por semana, también pudimos realizar un curso para estudiantes antiguos de un día, al cual asistimos 6 personas. Esperamos que se puedan seguir organizando cursos de esta naturaleza una vez por mes. Este lugar está lleno de buena voluntad, nos facilitan gentilmente el espacio para meditar y hacer cursos de un día... ahora sólo nos falta conseguir un lugar adecuado para organizar cursos de meditación de 10 días. He decidido que, mientras me encuentre en condiciones incómodas para vivir en Paraguay, me quedaré máximo hasta marzo, periodo en el cual ayudaré para que se pueda consolidar una comunidad de meditadores en este país y además se puedan organizar cursos de Vipassana de 10 días. Me he dado cuenta de que no es nada de fácil llevar a cabo desafíos tan ambiciosos sin la ayuda necesaria. He reflexionado mucho al respecto, y lo que me parece cada vez más es que es mejor no ayudar a quien no pide ayuda, pues muchas veces "más ayuda el que no estorba", como dice el dicho... Y muchas veces las personas, por buena voluntad pero con mucha ignorancia pretendemos ayudar, y malgastamos esfuerzos en vano. De aquí a marzo veremos si este viaje a Paraguay ha valido la pena en este aspecto. De todas maneras, lo aprendido y lo meditado ya son pasos importantes de avance en el largo Noble Sendero Óctuple.

Si no se dan estas cosas para el equinoccio de otoño, retomaré mi viaje... Aun no tengo bien decidido hacia dónde será el rumbo... Me gustaría ir a Uruguay, pero no sé si conseguiré dónde quedarme, un sustento económico para mí, y menos tengo certeza de ser capaz para ayudar a Vipassana Uruguay a hacerse fuerte y retomar la organización de cursos de 10 días. Quizás me podría aclarar más visitando algún centro de meditación y practicar intensamente por un par de meses para aclarar la mente, sin embargo los 3 centros de meditación más cercanos a este punto (Dhamma Sukhada en Buenos Aires, Dhamma Sarana en Sao Paulo y Dhamma Santi en Rio de Janeiro) se encuentran todos a más de 1000km. Mi país también se encuentra a 1000km... Quizás ha llegado el momento de volver a mi país, llevar todas estas experiencias para descargarlas en mi entorno social: mi familia, mis amigos, mis conocidos... inspirar a otros a darle un vistazo al mundo fuera de Chile... también es necesario que mis padres me vean, que vean en lo que me he convertido, el el bien que me ha moldeado, el mal que se ha ido para siempre, y pagar mi deuda de gratitud con ellos, alentarles una vez más a que vivan la experiencia de un curso de Vipassana y que comprueben por ellos mismos sus efectos beneficiosos. Puede ser que una pausa/regreso a Chile me abra oportunidades para un sustento que sea compatible con mi vida nómada, que pueda conseguir el dinero que necesito para un pasaporte, una cámara fotográfica, un teléfono y un computador nuevo, herramientas importantísimas para un nómade moderno. Y qué decir de Brasil... siempre me llama, por alguna razón me gusta mucho, y no tiene que ver necesariamente con el clima... quizás sean los cientos de personas gentiles que he conocido, buenas personas. En fin, ese futuro está aun lejano. Lo correcto es seguir en el presente, observar lo que ocurre y hacer lo mejor posible para todos. El futuro será escrito con los actos realizados en este único presente.

Aquí en la granja hay varias guitarras; en las pausas que hacemos en medio del trabajo de las huertas medicinales, aprovechamos de divertirnos cantando o tocando canciones diversas... He aprendido a tocar polka y guarania, ritmos folclóricos paraguayos (pero no se hagan ilusiones, sólo toco estos ritmos de manera sencilla), también algunos ritmos gitanos y sertanejos brasileños, además de algunos ritmos  argentinos, chilenos y altiplánicos de Chile, Perú y Bolivia. Con un amigo Argentino que también está aquí trabajando estamos pensando en desarrollar un repertorio y salir algunas veces a alegrar a las personas que viajan enlatadas y cansadas en estos omnibuses lentos y ardientes, y tal vez reunir un poco de dinero para nuestro sustento. Veremos qué pasa. Hace un par de noches hicimos la prueba y pudimos reunir algo de dinero, además que nos divertimos mucho! Incluso nos pidieron que cantemos una serenata por Whatsapp, jajajaaja.

Conclusiones
En esta publicación puedo concluir que han seguido aconteciendo cambios, los cuales describiré con esta alegoría: primero fue pasearme por la orilla de un mar de miseria, luego decidí cruzar a la otra orilla, y me lancé al mar. Aprendí a nadar, y a medida que mejoré y perseveré conseguí llegar a la otra orilla. Luego este mar se convirtió en un río, por el cual he podido aprender a cruzar de ida y de vuelta. Ahora, he conseguido permanecer de pie en medio de la fuerte corriente. La siguiente etapa es la más difícil, pues ahora que puedo mantenerme equilibrado en medio de esta corriente debo conseguir caminar río arriba. Más que nunca me siento motivado, pues cada paso me hace más seguro y se siente poco a poco la cercanía de la vida plena, de la paz nacida de la vida intachable, de la virtud y el recto esfuerzo.

Que muchas personas se animen a vivir con decencia, que muchas personas abandonen las conductas nocivas y dejen de observar el mar de desdicha desde la orilla, que se lancen y que lleguen a la otra orilla. Que todos consigan ser realmente felices, vivir en paz y libres de desdicha.