Llevo varios días sin publicar una nueva entrada. No me había sentido inspirado para hacerlo; pienso que a veces las mentes no están de ánimo, situaciones en las cuales hay desmotivación, falta de creatividad, etc. Sin duda, síntomas de lo cambiante que es uno, de lo cambiante que es la vida, no siempre se está genial, no siempre uno se siente tan feliz.
Me encuentro en Iquitos, en un cómodo y barato cuarto de hospedaje, en el distrito de San Juan. El lugar es limpio, aunque bastante caluroso. Afortunadamente, hay un ventilador que funciona día y noche. El agua del baño sale fría, y al parecer es normal que salga fría en la Amazonía, pues lo mismo ocurrió en Tarapoto y Yurimaguas. Y lo comprendo, hace un calor... ufff. No dan ganas de bañarse con agua caliente en una zona ecuatorial.
El viaje por el río ha sido genial, sin duda el amazonas es un gran río, lleno de curvas e islas, bosques impenetrables, pero también muchas hectáreas agresivamente intervenidas por la mano humana, asentamientos humanos aborígenes (y no tanto) a lo largo del río, aislados totalmente de no ser por la gran ruta fluvial de miles de km.
Como decía, no todo es color de rosa en el mundo, y naturalmente, en una mente que aun no es pura ni bien domada eso siempre influye... Aun existen miles de condicionamientos por destruir, lo cual justifica sobremanera el seguir meditando a diario y de la manera más seria posible.
Pienso que esto nos pasa a muchos en la vida cotidiana, nos gustaría ser felices todo el tiempo, pero no es posible, pues las vicisitudes de la vida están ocurriendo "cuasi aleatoriamente", y lo digo así pues realmente el concepto de aleatoriedad lo hemos debido acuñar para tener una explicación lógica al hecho de que no somos capaces de estar totalmente conscientes de la gran complejidad de la ley natural causa-efecto.
Aun más, podríamos pensar que algún poder (o ser) sobrenatural o de otra dimensión está manejando los hilos de nuestros destinos, con diversos fines, al gusto del consumidor (y de hecho ya muchos han escrito bastante acerca de sus experiencias no comprobables, así como también han ganado bastante dinero por ello y han sumado muchos ignorantes y crédulos fans, pero en fin, no es tema para discutir en este artículo).
Pero lo cierto es que, sea lo que sea que ocurre a nuestro alrededor (así como también en nuestro interior), sea físico, químico, espiritual o mágico, puede tener mayor o menor influencia en nuestro comportamiento siempre y cuando lo permitamos, y con esto quiero decir que NO SOMOS MARIONETAS, tenemos la capacidad de razonar (algunos más o menos que otros) y decidir qué hacer, por más esclavizados que aparentemos estar; sí, incluso alguien que es torturado, esclavizado, prisionero o pobre tiene aun el poder de razonar y decidir. Uno decide al momento de actuar frente a una situación determinada, nuestros sentidos que todo lo captan nos llevan, consciente o inconscientemente, a realizar actos voluntarios o involuntarios, condicionados o incondicionados, y cada uno de estos actos, de estas decisiones definirán nuestro estado mental del momento siguiente... Y a final de cuentas, este estado mental es lo que nos define como felices o infelices, ni más ni menos.
Por experiencia personal puedo dar fe (y de seguro todos Uds. pueden hacerlo) de que uno realmente es feliz cuando no necesita nada más, y esta "sensación de plenitud" es intermitente, impermanente, porque simplemente estamos enfocados en aquellas cosas que nos satisfacen que también son impermanentes, ya duren mucho o poco, tarde o temprano se acabarán, y cuando se acaben volveremos a nuestra desdicha y a reaccionar con deseo por volver a tener eso que se ha perdido. Este es el hábito de la mente inmadura, mal entrenada, poco sabia: desear lo que no se tiene, no desear lo que se tiene. Y esta conducta que sólo lleva a la insatisfacción es acumulativa, hace crecer nuestra insatisfacción, nos lleva en sentido totalmente opuesto a la felicidad duradera y pura.
Pues bien, puedo decir que mi insatisfacción en estos días ha crecido, y por mi propia causa, no porque alguien haga algo indebido o que no me gustó, ni porque alguien esté maquinando en mi contra, ni porque esté en un ambiente vulnerable, ni porque Dios tenga un plan para mí o me esté castigando, qué se yo... Simplemente, mi mente aun es inmadura, aun puede razonar muy bien en la teoría, pero en la práctica no está a la altura, los condicionamientos aun son fuertes, el entrenamiento mental aun debe intensificarse para lograr domar y purificar la mente a la perfección, y aun debo esforzarme más por abandonar las conductas nocivas para mí y para otros. Esa es la realidad, hay que aceptarla. Enojarse o decepcionarse de uno mismo alimenta el condicionamiento, empeora las cosas, lo lleva a uno por el camino del deseo hacia lo agradable, a la aversión hacia lo desagradable, es decir, por el camino contrario a la verdadera paz, felicidad, armonía.
Eso es lo que pasa. Y ahora que lo se, no es suficiente! Hay que ponerse en acción, hay que decidir. Y para decidir hay que comprender que uno debe entrenarse en condiciones que favorezcan el crecimiento, el fortalecimiento, la purificación mental. Uno no puede entrenarse en un lugar lleno de comodidades, o donde las cosas se dan fácil, pues sin esfuerzo no hay crecimiento, y esa es una importante ley de la vida. Pero tampoco puede ser en un ambiente lleno de tribulaciones, pues sin las capacidades y sin la ayuda necesaria uno puede perderse en la lucha, ahogarse en el mar de desdicha. Un ambiente propicio, según mi perspectiva, es un ambiente que presenta desafíos que uno puede enfrentar y superar con esfuerzo, y que no revisten un gran fracaso si no se consiguen, por el contrario, se pueden retomar una y otra vez hasta lograr superarlos. Las ayudas no están de más, siempre y cuando no conviertan a los desafíos en pequeños problemas que se solucionan sin esfuerzo. Así que mucho ojo, queridos lectores. Una vez escuché a una profesora decir lo siguiente: "Y por qué el hombre sabio se compró una silla incómoda?" Un buen dicho para quien lo comprenda.
Por mi cabeza han pasado miles de cosas, y cada vez que un estímulo específico se repite, la sensación desagradable surge acompañada de esas miles de imágenes mentales, que se van sumando al estímulo del momento presente, creando un efecto acumulativo, en la medida que reacciono con aversión a ese desagrado. Puedo contenerlo o puedo expulsarlo, no importa, lo que provocará será una multiplicación. Y así ha ocurrido, he estado haciendo todo lo contrario a lo que se me ha enseñado en los cursos de Vipassana; en vez de aceptar la situación tal como es, desagradable e impermanente, y observar ecuánime cuánto dura la sensación que provoca (en mi caso es un ardor interno que tiende a concentrarse en el pecho, estómago y garganta, y que a veces incluso puede hacerme temblar o producir hormigueos en otras partes del cuerpo), le presto atención a la situación y a las imágenes que estallan en mi cabeza, llevándome irremediablemente al acto condicionado de sentirme mal, enojado, deprimido, o como sea, insatisfecho.
Lo que viene después es "la onda expansiva": irradio ese cúmulo de negatividades, creando o alimentando ambientes negativos, y por ende afectando a mi entorno, a todos quienes me rodean, sean queridos o no. Esto es lo que muchos hacemos, en mayor o menor medida. Y de seguro a muchos no nos gusta, muchos acabamos arrepentidos o apesadumbrados por esto que hacemos, pero nuevamente, no cambia las cosas para mejor, sino todo lo contrario... Y para que toooodo esto ocurra, basta tan sólo una chispa pequeña entrando en contacto con nosotros, y que nosotros alimentemos la llama con nuestra "carga de combustible", nuestros condicionamientos.
Entre ayer y hoy no me he estado relacionando bien con Luciana, mi compañera, hasta el punto de hablarle con dureza. Si fuera el mismo inconsciente de siempre diría que son las cosas que ella hace para que yo me sienta así, la manera en que sus actos se acumulan en mi cabeza, y cuántas cosas más... Es lo que muchos de nosotros solemos hacer para justificar nuestra falta de control, nuestro descuido, nuestra inmadurez. La verdad es que no soy capaz aun de lidiar a la perfección con mis prejuicios, mis recuerdos negativos, mis ilusiones, mis condicionamientos, y ella siendo la persona más cercana a mí en cada segundo del día, es la chispa (por cierto involuntaria) que se junta inconscientemente con mi "carga de combustible", quemándonos a los dos. He hecho el voto de no volver a esta forma de vida, la cual creí abandonada, pero aun no se ha ido totalmente, y parece que la he venido alimentando tontamente durante el viaje. Ella no puede comprender lo que me pasa, porque estas son cosas que le pasan a uno bien adentro, y uno está luchando para erradicarlas, manteniendo silenciosa distancia, para evitar compartir eso que uno tiene. El peligro es grande, porque todo lo avanzado puede perderse, y nadie quiere volver a vivir en el fuego del infierno cuando ya se ha probado un pequeño "sorbito" del cielo. Amigos que leen este blog, si se encuentran en esta situación durante su viaje tengan mucho cuidado, porque el costo puede ser muuuuy caro, y no me refiero a dinero.
Bueno, esta vez no ha sido más que un "amago de incendio". Ahora lo sabio es tomar las medidas necesarias para que no se produzca de nuevo. Por lo tanto, volveremos a las enseñanzas del Noble Sendero, de Vipassana, lo que aprendí en los cursos de meditación.
Este noble sendero enseña que hay una "base de 3 patas" que debe conservarse sólida, y eso significa que cada una de estas patas debe estar perfectamente sólida. Estas patas son:
- la moral (no hacer a otros lo que a uno no le gustaría que le hagan)
- el control de la mente (concentración)
- la sabiduría (visión clara y objetiva).
El progreso para un buen meditador está condicionado a la calidad de esta base, o sea, qué tan disciplinado se es en la práctica.
¿Qué es la moral?
Significa mantener una conducta virtuosa e intachable, una conducta que sea digna de ejemplo, que no daña a nadie, y que beneficia a todos a la vez. Para una persona laica (alguien que no vive en renuncia como un monje o un sacerdote, sino que lleva una vida mundana, normal, con responsabilidades varias, independiente de su credo, género, clase social, etc.) se recomienda un código moral bien básico de 5 preceptos (ojo, "recomendaciones" quiere decir "la receta ideal para el éxito en este aspecto"):
- Abstenerse de dañar a otros seres (o fomentar estas actividades, no sólo "no matar")
- Abstenerse de tomar lo que no ha sido dado ("no robar" y similares)
- Abstenerse de hablar de manera incorrecta (no sólo mentir es hablar incorrecto, también lo es hablar mal de/a otros, fomentar las discusiones y los debates, las separaciones, las charlas improductivas o frívolas, etc.)
- Abstenerse de conductas sexuales perjudiciales (esto quiere decir provocar daño a otros con nuestras conductas sexuales, no sólo los actos ilícitos. Si consideras en algún momento que tus conductas sexuales perjudican o pueden perjudicar mínimamente a alguien, entonces ya sabes lo que haces)
- Abstenerse de consumir sustancias que alteren la conciencia, el pensamiento o la conducta (hay de todo, y en la medida que tu mente se aclara vas descubriendo nuevas sustancias mentalmente perjudiciales. Son perjudiciales porque te predisponen a acciones negligentes o descuidadas, debido a no estar con los sentidos y la conciencia plenos. Si descubres alguna, ya sabes qué tienes que hacer)
Una buena moral da tranquilidad a nuestras conciencias, y con la conciencia tranquila uno se puede entrenar y progresar con vipassana. Con la conciencia inquieta, es imposible. Un meditador de vipassana que practica con seriedad se da cuenta inmediatamente, porque los efectos son inmediatos. Si practicas vipassana y aun no te das cuenta, haz la prueba de una semana llevando estos preceptos lo más perfecto posible y practicando meditación a diario, y verás qué pasa.
¿Qué es el control de la mente?
Significa dominarse a si mismo desde la conducta mental misma. Muchas veces nos ocurre que, por falta de dominio mental pensamos de tal manera que nos convertimos en esclavos de nuestra mente, y por ende, de nuestros impulsos (me da flojera, no tengo ganas, mejor más tarde, uh quiero más!, no puedo vivir sin esto! ya no aguanto más esta situación!). Dominar a este "toro salvaje" para ponerlo a nuestro servicio y hacer cosas realmente provechosas es muy difícil, y se hace con un entrenamiento paciente y constante. La práctica de la atención en la respiración es la herramienta básica para conseguirlo. La consecuencia, una mente muy concentrada y atenta, viviendo siempre en el presente, bien enfocada. Todos sabemos qué cosas buenas salen de una mente enfocada correctamente, no?
¿Qué es la sabiduría?
Significa conseguir una mente pura, objetiva, capaz de ver la realidad tal como es, no como a uno le parece que es, o como a otros les parece que es. Es algo que crece en la medida que se madura en la vida, pero como la vida está tan contaminada es fácil que la sabiduría no se desarrolle adecuadamente. Muchas personas, debido a "la escuela de la vida" han decidido volverse egoístas, desconfiadas, apegadas, dependientes de otros, negativas, etc. Se pueden identificar 3 etapas en este proceso de desarrollo:
- sabiduría en base a creencias (fe ciega)
- sabiduría en base al razonamiento lógico, al intelecto (fe en el propio razonamiento, limitado según el nivel de madurez, cultura, social, etc.)
- sabiduría en base a la experiencia directa y sin sesgos (fe nacida de hechos verídicos comprobados en carne propia, repetibles y comprobables de la misma manera por cualquier otro, sin importar su nivel social, cultural, credo, género, etc.)
Uno siempre comienza por creer algunas cosas que son contadas por otros, escritas en algunos libros, habladas por alguien famoso o influyente. Cuando se da cuenta de que no todo lo que está en los libros o lo que dicen otros es cierto, uno deja de guiarse por las creencias, y abandona la fe ciega; entonces se empieza a cuestionar cosas: "esto es lógico?", "de dónde viene esta información?". Entonces, si es lógico o coincide con nuestro parecer, lo aceptamos, y si no lo es, lo rechazamos. Cuando uno se da cuenta de que a veces razona incorrectamente, pues se está en proceso de maduración, comienza a surgir la sabiduría en base a la experiencia. Pero como decía antes, la escuela de la vida está llena de sesgos, entonces ¿cómo poder experimentar la realidad sin sesgos?
Pues bien, la práctica de la Vipassana es un ejercicio mental que se realiza precisamente sobre algo sin sesgo alguno: las sensaciones del cuerpo... Cómo es esto? simple, tenemos sensaciones corporales agradables, desagradables y neutras, algunas son burdas (como el tacto, el calor, el dolor, el hormigueo), otras son más sutiles (como por ejemplo el fluir de la sangre, o más aun "vibraciones rápidas y sutiles por todo el cuerpo"), algunas duran largo tiempo y otras poco tiempo; todo es muy relativo, y cada cual experimenta estas sensaciones a su propio modo, sin embargo, todas estas experiencias tienen algo en común: son impermanentes, tarde o temprano cambian, surgen y luego de un tiempo se van. Y para experimentar sensaciones, no necesitamos practicar ningún rito, no necesitamos ayuda de nada ni nadie, no necesitamos enfocarnos en nada externo, como canciones, imágenes, etc.; no necesitamos imaginarnos nada, pues las sensaciones pueden surgir y desaparecer por si solas, ni siquiera podemos crearlas mentalmente (sólo física o químicamente, a menos que nos podamos auto-hipnotizar, lo cual es dudoso y sesgado, por decirlo menos), por lo tanto, una sensación observada tal como es, sin necesidad de catalogarla o tratar de pensar por qué surge y se va, es una observación pura, sin sesgos. La observación constante nos entrena mentalmente para ser más objetivos en la vida, y eso nos permite ir descubriendo, capa por capa, aspectos más profundos de lo que consideramos como verdadero; y es aquí donde la sabiduría florece como un loto saliendo en medio de un pantano. Por eso es que todos podemos practicar Vipassana, y podemos hacerlo sin abandonar nuestros credos ni nuestros rituales, si tenemos la mente capacitada, basta y sobra. Con el tiempo, descubrimos que nuestras propias creencias se aclaran gracias a que nuestra capacidad de ver más allá de lo evidente aumenta, y nuestras formas de vivir nuestra vida espiritual se consolidan según sean nuestros credos. He ahí la nobleza de este sendero, la importancia de esta enseñanza: la posibilidad de convertirnos en buenos seres humanos, para luego convertirnos en buenos feligreses (en el caso de los religiosos) y descubrir aquí y ahora (como digo yo, darle un "sorbito") la experiencia de estar realmente en el cielo y en comunión con Dios, la naturaleza, o como le quieran llamar.
Luego de este grueso análisis, vuelvo a mis conductas que me están llevando por el camino incorrecto. ¿Qué estoy haciendo mal? Bueno, reconozco que mi moral, mi concentración y mi sabiduría pueden ser mejoradas significativamente... ya he hecho mejoras, pero en este momento me encuentro en condiciones para hacer nuevos ajustes, así como también puedo identificar algunos desajustes que cometí en este último tiempo, los cuales probablemente, aunque no lo crean, pueden haber influido en este "lapsus mental"...
Desajustes:
- he vuelto a consumir carne en forma ocasional (lamentablemente ha sido difícil mantener una dieta vegetariana estricta durante el viaje, debido principalmente a las dificultades propias del viaje para conseguirlo.
- no he podido conseguir un recto sustento económico durante el viaje, lo que me hace económicamente dependiente de mi compañera, y eso fácilmente puede provocar que uno haga uso indebido de lo que no es propio, incluso en forma inconsciente.
- a veces, e influenciado por el clima mundano al que uno se expone durante el viaje, es fácil acabar hablando de manera incorrecta, nuevamente, sin uno darse cuenta.
- la práctica diaria se mantiene, pero no ha sido perfecta en estos días, pues por cansancio muchas veces me encontré meditando muy tarde por la noche (luego de las 9 de la noche no recomiendo meditar, pero es mejor hacerlo que no hacerlo), e incluso a veces no lo hice porque era totalmente imposible. Las circunstancias en las que uno está tampoco favorecen la disciplina.
- desde que viajo acompañado el dinero se ha convertido en una preocupación para mí, debido a que soy una carga económica. No me deja dormir.
Cosas que pueden ser mejoradas:
- además de volver a una dieta vegetariana, es posible llevar una dieta vegana, sin embargo será necesario un poco más de estudio al respecto. Hubo un tiempo dentro de mi estadía en los centros de meditación en que consumí sólo productos vegetales, y el cambio fue drástico. Creo que sería buena opción abandonar el huevo, los lácteos y quizás la miel, pero primero tendré que estudiar más sobre cómo consumir eficientemente proteínas de los vegetales y las semillas.
- sigo empeñado en solucionar el tema del sustento económico, pero aun no lo consigo. Ya encontraré la fórmula. Quizás podría escribir libros y venderlos por internet, aprovechando mi habilidad, o vender mis fotos tomadas durante el viaje de alguna manera, no lo se... aun no se me ocurre bien cómo.
- debo ajustar bien mis horarios de meditación y evitar los ambientes no favorables para meditar, así nomás.
- debo entrenar más mi concentración para medir mejor mis palabras y alejarme de las charlas poco provechosas.
- en cuanto pueda debo irme a un centro de meditación por un período largo, o al menos ir a un curso de un día, para reavivar la chispa de la meditación.
Consejos para los viajeros
- Amigos, viajar a lugares desconocidos y por tiempos largos sin estar mentalmente preparado puede convertir sus experiencias en algo amargo, debido a que las vicisitudes de la vida, cuando se hacen presentes fuera de la "zona de confort" (entiéndase situaciones o lugares conocidos y cómodos para uno) se convierten en obstáculos muy difíciles de superar, pues uno no tiene dominio sobre sus "mañas" (condicionamientos). Recomiendo dejar todas las cuentas claras, planificada la estrategia para mantenerse bajo control, y si el dinero pudiera ser un problema, hay que resolverlo antes de partir, de otra forma, van a estar pensando en abandonar el viaje, o si viajan acompañados, en viajar solos. Y créanme, se siente horrible.
- Si se presenta una vicisitud, siempre va a durar por un tiempo limitado, no se preocupen de cuánto dura, aprovechen el tiempo inteligentemente, es decir, recuerden "esta es la oportunidad para ejercitarse, para fortalecerse mentalmente". Sin rendirse y con un poquito de fe en que todo cambiará (hagan la prueba, luego de comprobar los efectos de su perseverancia su fe se verá fortalecida), pasarán la prueba.
- Identifiquen bien las cosas que aun no pueden tolerar, porque no sería bueno para nadie toparse con esas cosas durante el viaje. Ningún viaje vale tanto la pena si es para encontrarse con la miseria personal, por más pequeña que sea. El mundo es muy grande y hay miles de lugares que están más "al nivel" de uno y que vale la pena visitar.
- MUCHO CUIDADO! Quienes viajan acompañados llevan un arma de doble filo. Si pierden el control ante las vicisitudes de la vida, y su(s) acompañantes no están preparados para lidiar con eso, es mejor no viajar en compañía, en serio. Incluso si su(s) acompañantes estuviesen preparados para lidiar con sus mañas, es mejor no viajar en compañía, pues nadie merece viajar las 24 horas del día con mañosos como Uds. En cambio, quienes están con la intención directa de trabajar al respecto de esos condicionamientos, si son firmes podrían conseguir grandes logros como personas. Como decía, es un arma de doble filo.
- Los que viajan solos tienen sus propios enemigos que superar, como la soledad misma, la determinación de llegar al destino deseado, salir de la zona de confort, o simplemente exponerse a ambientes que pueden provocar que uno se equivoque en su actuar. Por lo tanto, irse de viaje y dejar a la pareja en casa también es provechoso para quien viaja con sentido.
- Si todo falla y pierden el control de la situación, sonrían, salgan a tomar aire y vuelvan a empezar.
- Aunque no lo crean, 10 días de vipassana, aislado del mundo y trabajando consigo mismo valen más que la mejor de sus vacaciones. Se los digo por experiencia propia. Interesados en in a un curso, hagan click aquí.
Si alguien quiere ayudarme a resolver el tema del sustento económico, bienvenido sea. Hasta una guitarra para cantar en la calle me sirve, jeje.
Si alguien está interesado en que escriba sobre algún tema en particular, ya sea relacionado con el viaje, con los cursos de vipassana o alguna otra cosa, puede comentar en este blog o escribirme a mi mail hernan.asalgado@gmail.com
Mañana a las 6:00a.m. partimos para la triple frontera de Perú-Colombia-Brasil. Puede ser que me demore en publicar otro artículo, no lo sé. Depende de la inspiración. Les dejo una bella foto del impresionante Amazonas.
Que todos sean felices :-)