martes, 24 de noviembre de 2015

A dondequiera que vayas, recuerda ser feliz y aprovechar bien tu tiempo...

Hola a tod@s, mil disculpas por mi tardanza en dar señales de vida... Sí! Sigo vivo, sigo viajando, aunque esta vez estoy haciendo una "pausa relativa", para re-equiparme (o actualizar mi equipo de viaje) y aprovechar de hacer cosas buenas para muchos.

Pienso que ha pasado tanto tiempo que ni recuerdo cuándo fue la última vez que escribí en el Blog. Han pasado bastantes cosas en ese intervalo de tiempo, y pienso que vale la pena hacer un resumen a la fecha, para ponerles al día y de paso ir comentando cómo los planes de viaje pueden mudar tan fácilmente, tal como la naturaleza lo hace, tooodo el tiempo...tal como lo hace la mente, cambiando de estados, a cada momento...

Les cuento que me encuentro nuevamente en Ciudad del Este, Paraguay. Me estoy quedando en casa Nelson y Cristina, una pareja de amigos que conocí en Marzo, la primera vez que vinimos a Paraguay con Luciana, para participar en un curso de Vipassana de 10 días. Cuando les dejamos la primera vez para seguir viajando, nos invitaron a volver cuando queramos. De esta manera, ya es tercera vez que estoy quedándome con ellos. Gentilmente me brindan alojamiento y comida, mientras yo trato de retribuirles ayudándoles en todo lo que pueda. Por ahora, estoy trabajando de cajero en la heladería/pizzería que tienen aquí. Lo que pueda ahorrar lo invertiré en un computador, o un tablet, o un smartphone nuevo, lo que me convenga más, pues mi celular se extravió mientras viajaba (pasando de aventón en aventón, por ahí se cayó), y mi notebook finalmente está inservible (el monitor se dañó mientras viajaba, un puerto USB se quemó, el lector de discos tampoco funciona, la batería ya no carga y el cable de alimentación también está malo, jejeje). Sin duda, tener un aparato portátil que sirva para comunicarme y tomar fotografías sería ideal para mí, por lo tanto pienso que una buena tablet (ojalá a prueba de misiles) sería ideal para este viajero... También necesito renovar un poco mi ropa para no verme tan pordiosero, adquirir una rasuradora nueva porque la vieja ya no funciona, y la que me traje de Brasil sólo funciona a 110V (hay algún otro país aparte de Brasil que use electricidad a 110V??), y por supuesto, empezar a juntar dinero para un pasaporte...

Y mientras me quedo en esta ciudad, aprovecho las oportunidades que se presentan para pasear por el país, hacer amistades, pero lo más importante: me sigo entrenando en meditación, 2 horas por día, y me he ofrecido para ayudar a la Asociación Vipassana Paraguay a organizar cursos de meditación en este país, pues aquí son pocos los meditadores que colaboran con la organización de cursos, además se está buscando un lugar que cuente con la infraestructura para realizar cursos; no es fácil encontrar un sitio que cumpla con los requerimientos y que esté dentro del presupuesto de la organización; los cursos de vipassana en todo el mundo se financian con las donaciones voluntarias que estudiantes antiguos hacen, con la intención de que se puedan seguir haciendo cursos en el futuro para muchos otros... lamentablemente Paraguay es un país pequeño, y hay pocos meditadores locales con la capacidad para ayudar con el financiamiento, por lo tanto aquí siempre se deben ajustar lo mejor posible al presupuesto. Estos son motivos suficientes para pensar en quedarme por tiempo indefinido, colaborar en todo lo que pueda, ya sea organizando meditaciones en grupo con otros meditadores de la ciudad, o cursos de un día para meditadores antiguos (son más fáciles de organizar), o ayudando a difundir por las redes sociales, o buscando sitios para realizar cursos... Todo sirve.

Qué ha sido de mi vida

Desde la última vez que posteé a la fecha, han pasado muchas cosas:

La última vez nos encontrábamos con Luciana en Vila Velha, Espiritu Santo, Brasil, aprontándonos para seguir a Rio de Janeiro. En Rio pasamos 2 días (la verdad no me gustó mucho la ciudad...nada más que decir), y luego nos fuimos directo al centro de meditación Vipassana Dhamma Santi, en el interior del estado de RJ, donde nos quedamos 2 meses participando en cursos, ya sea como estudiantes o como servidores (en los centros de meditación Vipassana de esta tradición, quien desee quedarse por más de un curso, es decir por largos periodos, puede hacerlo, pero es necesario que vaya alternando entre servir en algunos y sentarse como estudiante en otros, de tal manera de poder sacarle un máximo provecho al entrenamiento).

Pasar ese tiempo en Dhamma Santi fue muy enriquecedor, dado que el viaje había sido muy intenso desde que salimos de Brasil. Volver al centro para meditar y servir a otros nos permitió no sólo hacer una pausa muy necesaria en el viaje, sino que también aprovechar de reponer la mente luego de estar en constante exposición a las vicisitudes del viaje, profundizar en nuestras contaminaciones mentales, nuestros condicionamientos, esos que van poco a poco acabándose, sin embargo son tantos que hacer entrenamientos intensivos como estos, en un lugar adecuado como un Centro de Meditación se vuelve muy necesario y productivo (para quien entrena con seriedad y esfuerzo). Nos encontramos con muchos amigos meditadores de Brasil, Argentina y Chile, algunos profesores que no veíamos hace meses, así como también hicimos nuevas amistades. Entretanto, mis 90 días de permiso para quedarme en Brasil como turista se acababan, entonces tenía 2 opciones: renovar mi permiso por 90 días más, o salir del país, volver a entrar y así tendría 90 días más. Elegí la segunda opción, por los siguientes motivos:
- El consulado de Chile en Rio de Janeiro no me ayudó ni orientó mucho que digamos, para poder quedarme en Brasil por más tiempo.
- Los trámites de visas en Rio de Janeiro tenía que hacerlos en el aeropuerto Galeao, pero para eso tenía que pedir hora, llevar papeles, pagar días de estadía y transporte público caro y lento en una de las ciudades más caras del mundo, esperar horas a ser atendido y recibir un no como respuesta, etc. Luego supe que en Nova Iguaçu, cerca de Rio, podría haber hecho los trámites más rápido, pero ya habia gastado bastante dinero, por supuesto financiado por Luciana, quien no repara en gastos conmigo, y eso me acompleja, debido a que se siente la presión de ser una carga constante para ella, en lo que a economía se refiere.
- La frontera más cercana para salir y entrar está a unos 1700km del Centro de Meditación, en la triple frontera Brasil-Paraguay-Argentina (Foz do Iguaçu-Ciudad del Este-Puerto Iguazú), y viajar a dedo me tomaría alrededor de 1 semana, pero gastaría muchísimo menos de 100 Reales en ir y volver.
Por lo tanto, mi elección fue volver a visitar a mis amigos Nelson y Cristina en C.D.E., ver cómo iba todo y regresar a seguir con mi tarea. Por esos días, estaba en el día 10 de un curso de 20 días, sirviendo, así que le pedí permiso a la profesora para salir del curso, hacer mi trámite y regresar para el final del curso. Y así lo hice, fui, viajé 4 días a dedo, me quedé 2 días en CDE y volví en 4 días más, llegando en la madrugada del día 21, justo al final del curso.

Viajar a dedo esa vez me mostró todo lo que había mudado mi mente en todo el viaje: me volví muy resistente a los viajes largos, a andar a pie, a pasar muchas horas (más de 12 a veces) pacientemente en un sólo punto esperando un aventón (a veces sin siquiera dormir durante la noche), dejé de desarrollar negatividades por causa de los miles de rechazos mientras uno está en la carretera esperando a un alma caritativa que desee llevarme, me volví más humilde, compasivo y me llené de paz, a pesar del frío, la lluvia, el hambre, la falta de sueño, el excesivo calor brasilero, etc. Es increíble cómoConocí mucha gente de buena voluntad, viajando en camiones, buses, autos, camionetas, omnibuses, etc. Si algún día ellos leen este artículo, reciban mi más profunda gratitud y felicitación por su generosidad desinteresada y su amistad.

Salir de casa de mis amigos en Paraguay me cuesta, pues son tan acogedores y siempre están pidiendo que me quede un poco más... en esta ocasión me ofrecieron trabajo en su granja, haciéndome cargo de una huerta orgánica, pero ya que me había comprometido a volver, lo desestimé en ese momento.

Una vez acabó nuestro periodo de servicio en Dhamma Santi, planificamos volver a Sao Sebastiao do Paraíso, en Minas Gerais, a la casa de los padres de Luciana, y quedarnos ahí hasta diciembre, para participar en los festejos de la graduación de su sobrina y para pasar la navidad con la familia. Luego partiríamos a Brasília, a conocer la zona, servir en un curso de Vipassana y posiblemente colaborar con la Asociación de esa región del país, en un proyecto para construir un centro de meditación. Lamentablemente no conseguimos vacantes en el curso, así que desistimos.

Mientras nos quedábamos en casa de los padres de Lu, mi idea fue conseguir un recto sustento económico para equiparnos mejor y seguir viajando, puesto que luego pensábamos seguir viajando por el litoral de los estados del sur de Brasil, para luego seguir por Uruguay, Argentina, etc., y así podría ayudar a restituir los gastos que Luciana hizo de más por mi causa.

Durante algunos días aprovechamos de pasear por el pueblo, que es muy bonito y tranquilo, fuimos a la hacienda de sus padres, hicimos algo de ejercicios y meditación diaria. Como siempre, la familia de Lu son adorables, estar con ellos realmente es sentirse en casa. Luciana aprovechó de ordenar las cosas que eran de su casa en Sao Paulo, y yo de comunicarme con mi familia, puesto que no había podido hacerlo un buen tiempo, y durante mi estadía en el Centro de Meditación tuve una experiencia extrasensorial relacionada con mi familia (a veces ocurren involuntariamente, no son parte de la técnica, y uno no debe prestarles importancia, por lo tanto me hice cargo luego de terminado mi periodo en el centro de meditación). Me enteré del deceso de una prima muy cercana, quien falleció por causas naturales de forma muy inesperada, lo cual afectó bastante a mis familiares. Me enteré también de que mi padre había sufrido la ceguera de un ojo por causa de un coágulo, y a los pocos días fue internado en la clínica por una insuficiencia cardíaca, debido a una descompensación que le provocó un cambio de tratamientos (sufre del corazón hace más de 15 años). Curiosamente, eso no me alteró, sino todo lo contrario; decidí escribir a mi madre una carta para que se la lea a la familia de mi prima, relacionada con el sufrimiento, su origen, y la forma de salir de él. En cuanto a mi padre, por diversas razones no tuve oportunidad de contactarme con él hasta mucho después, por lo tanto hablé con mis hermanos para saber cómo estaba física y mentalmente. Al comienzo me pidieron que viaje de regreso a Chile para cuidarlo, puesto que soy "el que tiene más tiempo"... estuve evaluando viajar de regreso a Chile y visitar a la familia en el sur, o volver a Paraguay, aceptar la oferta laboral de mi amigo Nelson y colaborar con Vipassana Paraguay en todo lo que sea posible para que su Asociación se fortalezca y se puedan realizar regularmente cursos de meditación en su país. Viendo la situación poco alentadora en lo laboral, además de estar distanciados con Luciana debido a que nuestros intereses ya no coincidían y no nos estábamos ya relacionando bien, tomé la decisión de partir, seguir con mi camino y dejar a que Luciana pueda seguir también con el suyo sin la carga que estaba significando para ella. Cuando llegué a CDE, pude tener más noticias de mi padre y chatear con él. Estaba bien, de hecho ha bajado de peso y se siente de maravilla. Ya no es necesario viajar, así que puedo dedicarme de lleno a mis planes en Paraguay.

Es por esto que titulé a este artículo "A dondequiera que vayas, recuerda ser feliz y aprovechar bien tu tiempo". Lo que quiero decir con esto es: renunciar a lo que es agradable no es fácil, pero nada es más importante en la vida que ser realmente feliz, hacer cosas que te hagan realmente feliz a ti y a todos los que puedas; no sabemos cuándo moriremos, ni cómo será nuestra muerte; lo que sí sabemos es que podemos llegar a ese momento con una sonrisa en el rostro o, por el contrario, lamentándonos por haber desperdiciado nuestro tiempo viviendo en la comodidad sensorial, con el constante deseo de prolongar ese estado, sin controlar nuestros impulsos y sin haber cambiado lo suficiente para estar realmente en paz. Mi partida del lado de Lu fue abrupta y de pocas palabras, para evitar prolongar innecesariamente una situación amarga. Podría haberme quedado y seguir lleno de comodidades, sin mucho que hacer, sin conseguir empleo, viendo TV, engordando y dejando de hacer lo que me movió cuando comencé este viaje... ese habría sido el fin de algo en un principio prometedor para un tipo que abandonó tanto para ser realmente feliz y provechoso para otros. La decisión fue tomada con plena conciencia de las consecuencias.

Hace ya varios días que no nos escribimos con Luciana; aunque ella me desea lo mejor y me espera con los brazos abiertos en caso de que desee regresar, yo estoy decidido: no volveré atrás. Realmente me ha costado mucho cambiar tantos de mis aspectos negativos, he trabajado mucho, he dejado tanto, todo esto para poder decir el día de mi muerte: "mis errores han sido reparados, mis deudas han sido saldadas, mi conciencia está en paz y estoy satisfecho porque ahora ya no hago más mal a nadie". Sigo interesado en viajar, en servir todo lo que pueda para que la meditación Vipassana pueda ayudar a muchos, tanto o más de lo que lo que a mí me ha ayudado, en seguir practicando meditación regularmente, y para ello, si es necesario estar lejos de los seres queridos lo haré, no porque no les valore, sino todo lo contrario... todo el bien que pueda hacer para mi beneficio y el de los demás beneficiará también a mis seres queridos, y no encuentro actualmente trabajo más meritorio y provechoso que trabajar sirviendo para que la Vipassana pueda seguir ayudando a otros. Con o sin Luciana sigo, así como fue en su momento con Alejandra; pienso que mi partida sin duda le beneficiará, aunque no lo parezca al principio. Las bellas experiencias se guardan con cariño y las amargas se guardan como experiencias de aprendizaje que pueden mejorarse si se presenta algo similar más adelante. Esta vez he decidido observar celibato por tiempo indefinido y enfocar mi atención a los objetivos del viaje; aun debo crecer mucho más en tolerancia, amor benevolente y en atención. Pues que valga la pena dejar atrás lo que ha sido tan querido...

Conclusiones

Amig@s lector@s, recuerden asociarse con gente con las mismas o mejores cualidades que ustedes, en ambientes que favorezcan su desarrollo personal (me refiero a sus cualidades humanas positivas), hasta que puedan hacerlo sin problemas en cualquier lugar del mundo y sin depender de nadie. Esos méritos les permitirán luego hacer lo mismo por otros que se encuentren en una búsqueda similar, y así el mundo tendrá mejores opciones que las actuales. No teman dejar atrás lo que les hace sentir seguros y cómodos si encuentran una forma de vida que pueda ser más provechosa para ustedes y los demás. Pero también eviten sacrificarse... las cosas se darán naturalmente si se esfuerzan de la manera correcta, esto quiere decir: lleven una vida alejada de lo que es dañino para ustedes o los demás, busquen activamente maneras de ayudarse a si mismos y a otros a ser felices, y entrénense para que algún día su mente sea tan pura como la de una persona noble, santa, digna de ejemplo. Cómo darse cuenta si es un sacrificio y no una renuncia natural a lo que ya no es necesario: no le den importancia al dolor, sino a lo que necesitan para su bien y el de los demás. Luego de decidir y actuar midan su grado de insatisfacción, si están más ligeros han decidido bien (independiente de la incomodidad que se pueda sentir, pues suele ser momentánea por causa de los remanentes de apego en el interior de la mente), y si el pesar aumenta, entonces aun no están en condiciones de dar el paso y se están mortificando. Todo a su tiempo. Todas estas cosas se tornan más claras si prestan atención a la sensación corporal que la experiencia mental provoca. Pueden hacerlo observando su patrón respiratorio, u otras sensaciones en el interior o en la superficie del cuerpo... la agitación mental siempre se acompaña de sensaciones físicas. Vayan a un curso de Vipassana, y aprenderán cómo observar y cómo dejar de perder el control interior.

Esta vez no tengo fotos para compartir... notebook inutilizable, sin celular y sin cámara fotográfica. Escribo, por ahora, desde el computador de la heladería, cuando estoy con tiempo libre aquí en la caja del local. Tardé varios días en escribir este artículo, pero en los próximos sí serán más frecuentes y no tan largos, jeje. Cuando tenga los recursos retomaré las publicaciones con fotos, que son más amigables. Este país tiene muchas cosas lindas que mostrar, no desaprovecharé eso tampoco.

Que este artículo pueda ser de utilidad para quienes aun tienen dificultad para dejar su zona de confort y aventurarse. Que todos sean felices, que estén en paz y se liberen. Que encuentren un recto modo de vida, beneficioso para ustedes y para muchos más.